Las plantas de interior se han convertido en imprescindibles en la decoración contemporánea. No solo aportan frescura y un toque natural a cada estancia, también contribuyen a mejorar la calidad del aire y a crear ambientes más acogedores y relajantes.

En el salón, las plantas grandes como el ficus o la monstera se convierten en piezas centrales, perfectas para acompañar sofás o rincones luminosos. En dormitorios o escritorios, especies más pequeñas como los potos o las suculentas añaden vida sin recargar el espacio. Incluso en la cocina, una colección de hierbas aromáticas puede ser tan práctica como decorativa.

La clave está en elegir macetas que se integren con el estilo de tu hogar: cerámica en tonos neutros para ambientes minimalistas, cestas de fibras naturales para un aire bohemio, o diseños metálicos para un look más industrial. Además, agrupar varias plantas de distintos tamaños crea composiciones dinámicas y llenas de personalidad.

Un tip extra: coloca las plantas cerca de ventanas, pero evita la exposición directa en especies sensibles. Y recuerda que menos puede ser más: algunas plantas bien seleccionadas tendrán más impacto que un exceso sin coherencia.
