El movimiento de vaivén es uno de los más agradables y relajantes que existen. Seguro que cuando erais pequeños a todos os han dormido alguna vez meciendo vuestra cuna o vuestra cama suavemente, con un gesto repetitivo que al final acababa haciendo que os durmiérais plácidamente.

Unopiu
Ahora, de mayores, son muchas las personas que se mecen a si mismas a la hora de dormir, porque realmente es un gesto que relaja, y si además el lugar en el que estamos tumbados contribuye al movimiento, el sueño acabará por aparecer si o si.

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Puede que el exterior de tu casa no sea tan grande como te gustaría y en el no puedas colocar una gran mesa de comedor, o un salón de exterior en el que puedas reunir a toda la familia… pero seguro que dispondrás de un pequeño rinconcito en el que colocar un columpio o balancín en el que sentarte en tus ratos libres a descansar.

Dedon


Potterybarn
Pero también es un pieza que podremos disfrutar en otoño. Si bien es cierto que cuando la temperatura baje demasiado estaremos mucho más a gusto en el interior de nuestra casa, pero cuando las temperaturas sean todavía suaves, y acompañados de un plaid para sobrellevarlas mejor, también podemos disfrutar de este elemento.

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A los más pequeños de la casa les suelen gustar mucho estos elementos, porque aunque no son piezas específicamente pensadas para ellos, se asemejan mucho a los juegos de exterior que podemos encontrar en cualquier parque infantil.

Car Mobel
La estética nos ofrece mil y una posibilidades, desde los clásicos balancines de rafia, suspendidos por unas cuerdas a una rama de un árbol, al más puro estilo campestre, pasando por las clásicas tumbonas de tela que se sujetan por ambos extremos, hasta llegar a piezas que se suman a las tendencias más punteras de decoración, y a los sistemas tecnológicos más innovadores.

Gandía Blasco
Los balancines o columpios son además piezas muy románticas. El suave balanceo que nos mece de un lado para otro es perfecto para disfrutar en compañía.

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