El dormitorio debe ser cómodo, cálido, acogedor y relajante, ya que es un espacio que utilizamos para descansar después de un día ajetreado.
La técnica del tapizado le aportará una sensación vaporosa y envolvente. En función del tejido seleccionado para tapizar nuestra cama, el estilo resultante variará mucho. Desde los dormitorios más clásicos, pasando por ambientes modernos y funcionales o incluso habitaciones de estilo naif.
El tejido escogido en este primer dormitorio es blanco, con una suave textura que le aporta un brillo que es precisamente quien marca el estilo. Un dormitorio clásico y elegante.
Pero si somos más un poco más atrevidos o amantes de algún color concreto, podemos llevar a cabo estilismos como el de la foto, en que el color mostaza es dueño y señor del dormitorio. Aquí no solo es la cama la que se ha tapizado, sino que se ha utilizado esta técnica en cada uno de los elementos que componen el dormitorio.
Incluso se utilizó el mismo tejido para la confección de la ropa de cama. El resultado es el de un dormitorio confortable, atrevido y moderno. Y además, funcional, aquí, no hay peligro de golpes con las esquinas.
Pero si lo que buscamos es un dormitorio lujoso, glamouroso, sofisticado, contemporáneo… lo conseguiremos con un tejido como el de la foto. Piel dorada a la que además las costuras le aportan una trama que le aporta textura.
Fotografías: Bonaldo