El huevo

El huevo es un alimento que aporta a nuestro organismo una gran cantidad de propiedades nutricionales, es una fuente muy rica de proteínas, vitaminas, minerales y aminoácidos esenciales.

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Para saber de dónde provienen los alimentos hay que prestar atención a su trazabilidad, esto consiste en observar todas las etapas de producción, transformación y distribución de cada uno. En el caso de los huevos, existe una normativa de la Unión Europea que hace imprescindible la impresión de un código en la cáscara para dar información sobre todo el proceso desde la granja hasta su comercialización.

Los códigos que aparecen en la cáscara de los huevos tienen tres bloques de información, pero para descubrir si los huevos que tenemos en casa son camperos o no, debemos tener en cuenta únicamente el primer número. Este irá del 0 al 3 y proporciona la información relativa al tipo de cría de las gallinas, con este dígito encontraremos la clave para saber si se trata de un huevo campero, ecológico, o industrial.

0: Huevo puesto por una gallina criada en una granja ecológica. Son gallinas criadas en libertad, pero que consumen piensos procedentes de la agricultura ecológica.

1: Huevo puesto por una gallina en libertad o campera. Este es el número del huevo campero.

2: Huevo puesto por una gallina criada en gallineros de suelo donde las gallinas no están al aire libre. La producción es semi-industrial.

3: Huevo puesto por una gallina criada en una jaula diseñada para que la recogida de huevos sea fácil. La producción es industrial.

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Brabantia

El color de la cáscara es otro de los aspectos que más interés despierta, pero en ningún caso va a influir en la calidad del huevo. El color vendrá determinado por el plumaje de la gallina. Antes se consumían más los huevos blancos, pero se empezó a relacionar el color moreno con el ámbito rural y se pusieron de moda, aunque no existe ninguna diferencia nutricional entre ambos.

Un nuevo estudio de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria recomienda que “para un niño, persona de tamaño pequeño, o mediano, o inactiva, podría ser conveniente un consumo de tres a cuatro huevos por semana, mientras que una persona corpulenta, o físicamente activa, podría consumir hasta 7 huevos por semana” en el contexto de una dieta variada y equilibrada.

Información: Yocomobien.es

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Publicado el: 24-03-2015

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