Decoración y olé
El mundo del toro y el sur de España están unidos por su arte. De ellos se extrae una decoración intensa, adictiva y seductora, y que mejor momento que este, en que los sevillanos celebran su feria de abril, que rendir un homenaje a todo ese arte que rodea este mundo.

Es un mundo festivo, artístico y colorista. Tan colorista que los colores tienen nombres diferentes. Nazareno el morado, grana el color rojo, primera comunión el blanco, tabaco el marrón o luto el negro. Sin olvidar el fucsia del capote de paseo y el rojo de la muleta de faena.
Los diseñadores Sevillanos, Victorio & Luccino, fieles a sus raíces, son los mejores embajadores de su tierra y con sus creaciones transportan ese estilo taurino, también a nuestro hogar.
Los taurinos mantones de Manila, prácticamente en desuso personal, salvo que acudamos a algún acontecimiento relacionado con el mundillo, son hoy considerados un elegante accesorio de decoración.

Generalmente tienen bordados de inspiración floral, podríamos considerarlos mantas de claveles, la flor más propicia y más cercana a la tauromaquia. Hoy en día lucen apoyados sobre la cama, sobre el sofá, enmarcados vistiendo alguna pared relevante de nuestro hogar, o descansando sobre el piano que preside el comedor, pero sobre todo sirven de inspiración para el diseño de otros momentos decorativos.
Alfombras inspiradas en los encajes de las tradicionales mantillas españolas, nos invitan a pisar con garbo.


La singularidad de un edificio andaluz se caracteriza por su color blanco inmaculado. Es habitual llegar a cualquier pueblo de Andalucía y comprobar que la primera imagen que nos encontramos es la de algunos de sus habitantes encalando el exterior de su casa, para mantener en buen estado su característica fachada. Pero pasemos al interior para seguir disfrutando del estilo.

Los interiores se caracterizan por el exceso de casi todo. Un importante uso del estampado en todos los textiles, pero especialmente en las cortinas. Los colores, casi siempre cálidos, amarillentos, ocres y tonos tierra.



Y del interior al exterior, porque Andalucía tiene una ventaja que no tienen otros lugares de España. Un clima extraordinario que permite disfrutar de días alegres y luminosos, y de una temperatura más que agradable durante casi todo el año. De ahí que una gran parte de esta decoración tenga su punto álgido en el exterior.

Terrazas y patios interiores repletos de plantas, y amueblados con mobiliario de forja o rattan, son la huella identificativa del estilo andaluz.

Y por si a alguien le pasa inadvertida la decoración, el olor a manzanilla, a azahar y a jazmin, harán el resto.
Fotografías: Hacienda Benazuza, Cortijo El Esparragal, Alfombras DAC, Mira la Marela
Por Olaia Pellón
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