Los colores tienen la capacidad de transmitirnos muchas sensaciones. A veces es algo que se produce de forma involuntaria, pero si nos adentramos un poco en la psicología del color, también podemos ser nosotros los que juguemos con ellos para provocar una determinada sensación.
Dormir y descansar bien es importante en cualquier época del año, pero no resulta sencillo para todo el mundo. No existen fórmulas mágicas para solucionar este problema, aunque si que existen algunos consejos para dormir mejor. A cualquiera de estos problemas, en verano podemos añadirle uno más, y es el calor sofocante de algunas noches estivales, y si bien es algo que no podemos controlar porque hoy por hoy alterar la climatología no está en nuestra mano, 😉 si que podemos servirnos de los colores para generar en el dormitorio una sensación más refrescante.
Los colores fríos ayudan a bajar visualmente la temperatura. Podemos encontrarnos con que dos habitaciones que tienen una temperatura idéntica, inspiren sensaciones térmicas diferentes en función de los colores que se hayan utilizado en su decoración.
El blanco, el gris, los azules en todas sus versiones, el verde menta… son colores considerados fríos que resultan perfectos para esta estación.
Fotografías: La Mallorquina