Estufas y chimeneas de exterior

Si hace unos años se veían sólo en contadas terrazas, hoy día las estufas de exterior son habituales en las calles y plazas de las ciudades. La ley antitabaco ha provocado que muchos establecimientos hayan decidido ampliar la estación del año en el cual abren sus terrazas, pero para poder aportar confortabilidad a los clientes fumadores, han tenido que colocar estufas para exterior.

Imagen Estufas y chimeneas de exte

Estos artilugios existen desde hace tiempo, pero este año sus ventas se han disparado gracias a las terrazas invernales.

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Sin embargo, estas estufas y otros modelos con distintas energías y combustibles no sólo son útiles para establecimientos hosteleros. En muchos jardines y patios particulares, merece la pena colocar una estufa (también llamadas “calientapatios” o “setas”, por su forma) para poder aprovechar las tardes y las noches otoñales y primaverales disfrutando del jardín. Y no sólo tenemos disponibles las mencionadas setas a gas; también hay modelos que funcionan por electricidad e incluso chimeneas para exterior, que aportan calor y permiten disfrutar de la belleza del fuego en las terrazas, como si estuviéramos en un clásico salón invernal.

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Chimeneas que funcionan con alcohol

Los sistemas de calefacción para exterior pueden funcionar a base de gas (propano o butano), electricidad o alcohol. Las opciones son muchas, y puede escogerse un modelo de calefacción de diseño en el cual el calor sea invisible, o bien optar por la siempre bella presencia de las llamas. Hay preciosas chimeneas de exterior que funcionan con alcohol (etanol, en el caso de la elegante chimenea acristalada de las fotos), que cuentan con múltiples ventajas: no despiden olores ni humos, consumen muy poco combustible, son muy seguras, tienen mandos para controlar las llamas y el calor y cuentan con una amplia garantía. Quizás lo más problemático sea su precio: entre 800 y 1200 euros aproximadamente, dependiendo del modelo.

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Calentapatios o setas de calor

Son la imagen más habitual en las terrazas y establecimientos hoteleros, pero poco a poco también están empezando a proliferar en las casas particulares. Precisamente en estos días primaverales, en los que empezamos a aprovechar nuestros jardines, es cuando más nos merecerá la pena adquirir una de estas prácticas y seguras estufas. Su nombre de “setas” está lógicamente relacionado con su forma, que tiene una razón de ser: la sombrilla superior evita que el calor se escape (el aire caliente tiende a subir) y lo devuelve hacia abajo, distribuyéndolo en el espacio.

Estas estufas funcionan con gas, que puede ser propano o butano. El gas se almacena en bombonas que se ubican en la parte inferior de las estufas. Dependiendo de la potencia calorífica de la estufa en cuestión, pueden llegar a calentar espacios que abarquen un radio desde 5 hasta 30 metros cuadrados. Algunas de estas “setas” llevan también incorporadas lámparas eléctricas de hasta 5 kW de potencia, lo que une el calor a la iluminación, formando un práctico conjunto.

La seguridad es algo que preocupa a muchos usuarios en lo que se refiere a estas estufas. Para asegurarnos de que no tendremos ningún problema, es muy importante verificar que la que vayamos a adquirir lleve el sello de homologación de la CEE, y también que incorpore mecanismos de seguridad que interrumpan el aporte de gas cuando la estufa se apague accidentalmente o se incline. Siempre que coloquemos una de estas estufas bajo un toldo, carpa o sombrilla, es importante que el espacio que haya entre ambos elementos sea de por lo menos un metro. Con respecto a elementos inflamables como cortinas u otros textiles, el espacio debe ser de por lo menos dos metros. Su precio oscila entre los 150 y los 300 euros.

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Estufas eléctricas para jardines y terrazas

Las versiones eléctricas de las “setas” también están disponibles en el mercado. Quizás la mayor desventaja de estas estufas sea que necesitan conectarse a la red, por lo que es necesario contar con una toma de enchufe. Pero por otra parte son muy seguras y aportan mucho calor. Las “setas” eléctricas funcionan a base de rayos infrarrojos, y deben llevar un índice de protección IP44 que indica que son seguras frente a la lluvia y la estancia a la intemperie. Su precio ronda los 200 euros, pero dependiendo de la potencia pueden alcanzar los 400 euros o más. También hay calefactores cuyo diseño es similar, pero son más pequeños y cuestan entre 50 y 100 euros.

Hay otros diseños diferentes de estufas eléctricas de exterior, como por ejemplo los radiadores radiantes bajo parasoles y sombrillas (como el de la imagen). Formados por paneles radiantes que se colocan directamente bajo el parasol, y se han de instalar a una altura no superior a tres metros para beneficiarse del calor que desprenden.

Imagen Estufas y chimeneas de exte

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Llamas a base de leña

Existen también chimeneas para exterior mucho más clásicas y sencillas, en este caso alimentadas a base de leña. Lo cierto es que pueden considerarse tanto chimeneas como barbacoas, ya que al producir fuego de leña es habitual aprovechar su parrilla para cocinar alimentos al exterior. Hay modelos, como los de estas imágenes, que están realizados con hierro, lo que les aporta un indiscutible encanto y una óptima resistencia al fuego y a la intemperie. Eso sí, no dan tanto calor como los otros modelos de estufas de exterior.

Imágenes: Campingaz, Fiestaplaneta.com, Radius, Archiexpo, Rais.

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Categorías: Exteriores

Publicado el: 20-04-2011 | Autor: Marta Sánchez

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